Publicado el abril 11, 2024

Aprobar el examen A2 de la DGT te da la licencia, pero no te prepara para la anarquía del tráfico real en España. La verdadera habilidad no está en hacer jalones, sino en reprogramar tu mente para anticipar la «picaresca vial» y dominar la moto con una confianza calibrada. Esta guía es tu plan de 12 meses para cerrar esa brecha, transformando el miedo de novato en la pericia de un motorista experto y seguro.

Enhorabuena, tienes tu carnet A2. Has superado los conos, el circuito cerrado y el examen de circulación. Sientes la euforia, el plástico rosa en la cartera y la moto nueva esperando en el garaje. Pero entonces llega la primera salida real, una rotonda en hora punta o una incorporación a la M-30, y todo ese entrenamiento parece inútil. El sudor frío, el agarrotamiento de los brazos y la sensación de que todos los coches quieren ocupar tu espacio. Si te sientes así, no estás solo. Es la realidad que la DGT no cuenta.

La mayoría de consejos para novatos se quedan en la superficie: «equípate bien», «ve con cuidado». Son platitudes que no te enseñan a leer el asfalto pulido de una ciudad costera en verano ni a prever al repartidor que abrirá su puerta sin mirar. El problema no es tu habilidad para cambiar de marcha, sino la brecha mental que existe entre el entorno estéril del examen y el caos dinámico de la carretera española. Has aprendido las normas, pero no los códigos no escritos que rigen la jungla de asfalto.

Este no es otro artículo con obviedades. Este es el manual de tu primer año. Vamos a romper con la idea de que la práctica por sí sola hace al maestro. Lo que necesitas es una reprogramación mental y técnica, un método estructurado para construir una confianza real, no la arrogancia que acaba en accidente. Olvídate de lo que crees saber. Tu verdadera formación como motorista empieza ahora.

A lo largo de esta guía, te llevaré paso a paso por un plan de 12 meses. Desmontaremos los miedos más comunes, analizaremos los errores psicológicos fatales y te daremos ejercicios concretos para que tu cerebro empiece a pensar y anticipar como el de un piloto con miles de kilómetros a sus espaldas. Prepárate, porque vamos a convertirte en el motorista que quieres ser.

¿Por qué aprobar el examen de la DGT no te prepara para las situaciones reales de tráfico?

Seamos claros: el examen de la DGT es un trámite administrativo, no un programa de supervivencia. Está diseñado para verificar que tienes un control mínimo y conoces la teoría, nada más. La habilidad para zigzaguear entre jalones a 20 km/h tiene cero transferencia a la situación real de filtrar entre coches en un atasco en la M-30 de Madrid. Esta es la gran brecha del circuito: la diferencia abismal entre un entorno predecible y la anarquía de la carretera abierta.

En el examen, los coches respetan las distancias, los peatones no cruzan por donde no deben y el asfalto es perfecto. En la vida real, te enfrentarás a la «picaresca vial» española: conductores que cambian de carril sin intermitente, taxis que se detienen en seco y superficies deslizantes como la pintura de los pasos de cebra mojados. El sistema de conducción que te han enseñado (IPSGA: Información, Posición, Velocidad, Marcha, Aceleración) es una base excelente, pero hay que adaptarlo al campo de batalla real.

Estudio de caso: El contraste entre el circuito de la DGT y la M-30 de Madrid

En la M-30 de Madrid, los motoristas pueden practicar el ‘filtering’ o filtrado entre coches parados en atascos o semáforos, una práctica legal en ciudad que no se enseña en el examen de la DGT. Muchas ciudades españolas han habilitado zonas específicas para que los motoristas puedan posicionarse en primera posición tras filtrar, demostrando la brecha entre la formación oficial y las necesidades reales de circulación urbana.

Tu misión ahora es re-aprender a usar ese sistema en un contexto hostil. La «Información» ya no es solo ver una señal de stop, es identificar al conductor que va mirando el móvil. La «Posición» no es mantenerse en el centro del carril, es dominar tu espacio para ser visible en los retrovisores y tener una vía de escape. El examen te ha enseñado a obedecer; la carretera te exige desconfiar y anticipar.

¿Cómo vencer el miedo a tumbar en las rotondas sin perder la seguridad?

La rotonda es el primer gran filtro para un motero novato en España. Es un microcosmos de todo lo que da miedo: inclinación, tráfico que confluye desde varios ángulos y la obligación de tomar decisiones rápidas. El miedo a tumbar es natural, pero se basa en una falacia: que inclinar es peligroso. Lo peligroso es no saber cómo ni cuánto inclinar. La clave es el contramanillar y la mirada. Tu moto irá donde tú mires. Si miras la rueda delantera o el bordillo, acabarás ahí.

Debes mirar a la salida que quieres tomar, a través de la rotonda. Al empujar suavemente el manillar del lado hacia el que quieres girar (contramanillar), la moto se inclinará sola. No luches contra ella. Confía en la física y en tus neumáticos. Un neumático moderno tiene un agarre muy superior al que tu instinto de supervivencia te permite usar al principio. Con más de 23.000 rotondas repartidas por España, según datos del sector, dominarlas no es una opción, es una obligación.

Para entrenar esto, no te lances a la glorieta más transitada de tu ciudad. Los domingos por la mañana, los polígonos industriales son tu mejor gimnasio. Busca una rotonda vacía y practica. Empieza con poca velocidad y ve aumentando gradualmente la inclinación. Concéntrate en tres fases:

  1. Entrada: Evalúa el tráfico y elige tu carril antes de entrar. Carril derecho para la primera salida, centrales o izquierdos para las demás.
  2. Durante: Mantén una velocidad constante y la mirada fija en tu punto de salida. El gas sostenido estabiliza la moto.
  3. Salida: Señaliza y realiza el cambio de carril con antelación, nunca en el último segundo.
Motorista inclinando en rotonda con técnica de tres fases

Como ves en la imagen, la técnica es fluida y controlada. La práctica deliberada en un entorno seguro transformará el miedo en un automatismo. Cada rotonda que superes construirá esa confianza calibrada que necesitas.

Salidas en grupo o rutas en solitario: ¿cuál acelera más tu aprendizaje el primer año?

Esta es una pregunta clásica. La respuesta correcta es: ambas, pero en el momento adecuado. Salir en grupo demasiado pronto, sobre todo con gente más experimentada y con ganas de «darle al mango», es la receta para el desastre. La presión por seguir el ritmo te hará cometer errores, ir por encima de tus posibilidades y, probablemente, acabar en el suelo. Por otro lado, rodar siempre solo te priva de una de las mejores fuentes de aprendizaje: la observación.

Lo más inteligente es seguir un modelo híbrido y estructurado durante tus primeros 12 meses:

  • Meses 1-3 (Fase de Fundación): Rutas en solitario. Tu único objetivo es automatizar el control de la moto. Frenar, acelerar, cambiar de marcha, el contramanillar… todo debe volverse tan natural como respirar. Haz trayectos cortos y familiares.
  • Meses 4-8 (Fase de Observación): Únete a grupos tranquilos. Busca foros o clubes de tu zona y sé honesto: «Soy novato, voy a mi ritmo». Colócate al final del grupo y observa. Fíjate en las trazadas del que te precede, cómo gestiona las curvas y cómo se posiciona en el carril. Rutas populares como la Cruz Verde en Madrid o la Sierra de Tramuntana en Mallorca son excelentes escuelas si eliges el grupo adecuado.
  • Meses 9-12 (Fase de Consolidación): Alterna. Realiza en solitario esas rutas que aprendiste en grupo, intentando aplicar lo observado. Y de vez en cuando, sal con grupos un poco más experimentados, pidiendo que uno de los veteranos vaya detrás de ti para darte consejos al parar.
Grupo de motoristas en formación escalonada en carretera de montaña

Recuerda que la comunidad motera en España es fuerte. No tengas miedo de mostrar humildad. Como bien apuntan los moteros veteranos, el simple hecho de devolver el saludo en V demuestra respeto y conocimiento de la tradición, lo que facilita enormemente la integración.

El error psicológico que lleva al suelo al 60% de los moteros a los 6 meses de carnet

Hay un momento crítico en la vida de todo motero novel, normalmente entre los 3 y los 6 meses. Ya has superado el pánico inicial, empiezas a sentirte cómodo, a tumbar un poco más y a disfrutar de la velocidad. Y justo ahí, en ese pico de confianza, es donde reside el mayor peligro. No es un error técnico, es un error psicológico: la sobreconfianza. Crees que ya controlas, pero tus habilidades reales aún no se han consolidado. Tu confianza crece más rápido que tu pericia.

Este exceso de confianza te lleva a hacer cosas para las que no estás preparado: entrar demasiado rápido en una curva que no conoces, apurar una frenada o hacer un adelantamiento justo. Es la principal causa de que un porcentaje altísimo de novatos tenga su primer susto o caída en el primer año. Las cifras no mienten: solo en 2023, hubo 286 motoristas fallecidos, un 19% más que el año anterior, según el informe de siniestralidad de la DGT. Muchos de estos accidentes ocurren por una mala evaluación del riesgo.

La mayoría de los accidentes se podrían evitar si se tuviera la pericia suficiente y la actitud adecuada.

– Juan Manuel Reyes, Revista Tráfico y Seguridad Vial – DGT

La «actitud adecuada» a la que se refiere el experto es precisamente la humildad. Es entender que siempre eres un aprendiz. La verdadera pericia no es ir rápido, es ir seguro a cualquier ritmo. La solución es la autoevaluación constante y honesta. Antes de cada salida, recuérdate a ti mismo: «Soy novato». Después de cada salida, analiza: «¿Dónde he asumido un riesgo innecesario? ¿Qué podría haber hecho mejor?». Grábate esto a fuego: la confianza no se tiene, se gana kilómetro a kilómetro. Y la que importa es la confianza calibrada, la que conoce sus límites.

Cuándo empezar a mirar lejos: ejercicios para anticipar peligros a 100 metros

«Mira lejos». Es el mantra que todos los instructores repetimos hasta la saciedad. Pero, ¿qué significa realmente? No es solo levantar la vista. Es un proceso activo de escaneo, predicción y planificación. Tienes que dejar de conducir «a 10 metros» (reaccionando a lo que tienes justo delante) y empezar a conducir «a 100 metros» o, mejor dicho, a 12 segundos. La vista es tu radar principal, y tienes que aprender a usarlo para anticipar, no para reaccionar.

La anticipación es la habilidad que diferencia a un novato de un experto. El experto ya ha visto el peligro potencial (un niño corriendo tras una pelota, un coche esperando para incorporarse) mucho antes de que se materialice. Esto le da tiempo y espacio para actuar con calma. En España, esto implica prever tractores en carreteras secundarias, repartidores en doble fila en ciudad o turistas que frenan de golpe para ver un paisaje. La conducción defensiva es estar en alerta constante y asumir que los demás van a cometer un error.

Para entrenar esta habilidad, no basta con «intentar mirar lejos». Necesitas ejercicios estructurados. Aquí tienes un plan de acción para desarrollar tu visión periférica y tu capacidad de anticipación.

Plan de acción: Tu entrenamiento para la mirada de experto

  1. Regla de los 12 segundos: En recta, elige un punto fijo en la distancia (un árbol, una señal). Cuenta los segundos que tardas en llegar a él. Deberían ser unos 12. Ese es tu horizonte de seguridad. Todo lo que ocurra hasta allí, debes haberlo procesado.
  2. Verbalización de peligros: Mientras conduces, nombra en voz alta tres peligros potenciales que veas en tu horizonte de 12 segundos. «Ese coche puede salir del ceda el paso», «esa puerta se puede abrir», «el suelo brilla, puede haber gasoil».
  3. El punto de fuga: En curvas, especialmente en puertos de montaña, tu mirada debe fijarse en el «punto de fuga», el punto más lejano de la carretera que puedes ver. A medida que la curva se abre, tu mirada y tu moto lo siguen.
  4. Escaneo de accesos: Acostúmbrate a identificar todas las posibles entradas a tu vía: incorporaciones, salidas de gasolineras, caminos rurales. Considera cada una como una amenaza potencial.
  5. Alerta urbana máxima: En ciudad, tu radar debe estar al 200%. Prevé la apertura de puertas de coches aparcados (especialmente taxis y VTC) y a los peatones que cruzan mirando el móvil.

Practica estos ejercicios en cada salida. Al principio requerirá un esfuerzo consciente, pero poco a poco tu cerebro empezará a hacerlo de forma automática. Dejarás de ser un sujeto pasivo que sufre el tráfico para convertirte en un piloto activo que lo domina.

¿Merece la pena sacar el A1 a los 16 o esperar al A2 a los 18 años?

Esta es una decisión financiera y de madurez. Empezar a los 16 con el carnet A1 (motos de hasta 125cc y 15 CV) te da dos años de experiencia antes de saltar a una moto «de verdad». Acumulas kilómetros y te familiarizas con el tráfico. Sin embargo, esta ventaja tiene un coste económico y práctico significativo. El carnet A1 no es barato, y el seguro para un menor de 18 años puede ser astronómicamente caro.

Esperar a los 18 para sacar directamente el A2 te abre la puerta a motos de hasta 35 kW (47 CV), mucho más versátiles y seguras para carretera abierta. Aunque el carnet es algo más caro, el coste del seguro se reduce drásticamente. Además, tras dos años con el A2, solo necesitas un curso de formación (sin examen) para obtener el carnet A, que te permite conducir cualquier moto. Si empiezas con el A1, igualmente tendrás que examinarte del A2.

La decisión también depende de tu entorno. Si vives en una gran ciudad con Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) como Madrid o Barcelona, una 125cc del A1 puede ser una herramienta de movilidad urbana perfecta y suficiente. Sin embargo, si vives en la «España vaciada» y tus trayectos incluyen autovías o carreteras nacionales, una 125cc se te quedará corta y potencialmente insegura muy rápido, haciendo más práctico esperar al A2.

Para ayudarte a decidir, aquí tienes una comparativa directa de los costes y características, basada en una recopilación de datos del sector.

Comparativa Carnet A1 vs. A2 en España
Aspecto Carnet A1 (16 años) Carnet A2 (18 años)
Coste del carnet 500-700€ 700-1.200€
Seguro anual (menor) 1.200-1.800€ N/A
Seguro anual (mayor) N/A 400-600€
Tasas DGT 93,12€ 93,12€
Potencia máxima 11 kW (15 CV) 35 kW (47 CV)
Progresión Requiere examen A2 Acceso directo a A tras 2 años

Lo más importante a recordar

  • La habilidad real no viene del examen de la DGT, sino de una reprogramación mental para el tráfico español.
  • La anticipación es tu mejor seguro de vida: entrena tu mirada para ver peligros a 12 segundos de distancia, no a 2.
  • Tu equipamiento es tu única carrocería. Un pantalón vaquero normal no te da ni un segundo de protección en una caída.

¿Por qué unos vaqueros normales se desintegran en 0.6 segundos de arrastrón?

Que te quede esto grabado en la memoria: tu piel es lo único que hay entre tus músculos y el asfalto. La ropa de calle no está diseñada para protegerte de la abrasión. Unos vaqueros de algodón, por muy gruesos que parezcan, están hechos de fibras que se rompen con una facilidad pasmosa al contacto con una superficie tan rugosa como la carretera.

La cruda realidad, según las normativas de homologación europeas EN 17092, es que un vaquero estándar ofrece una resistencia de unos 0.6 segundos en un arrastrón a 50 km/h. Es menos de un parpadeo. En ese tiempo, el tejido ha desaparecido y el asfalto empieza a lijar tu piel, grasa y músculo. Las quemaduras por abrasión son increíblemente dolorosas, tardan meses en curar, dejan secuelas permanentes y tienen un altísimo riesgo de infección.

Por el contrario, un pantalón de moto homologado, incluso los que tienen apariencia de vaquero, está fabricado con materiales como la cordura, el kevlar o el aramida. Estos tejidos están diseñados para resistir. La normativa establece clases de protección:

  • Clase A: Resistencia mínima, para uso urbano a baja velocidad.
  • Clase AA: Buena resistencia, ideal para la mayoría de usos en carretera.
  • Clase AAA: Máxima protección, equivalente a los trajes de cuero de circuito, capaces de resistir más de 4 segundos de abrasión.

En España, con la cultura del «terraceo», es muy tentador coger la moto en pantalón corto o con ropa de calle en verano. Es, sin duda, la peor decisión que puedes tomar. Tu equipamiento (casco homologado, chaqueta con protecciones, guantes y calzado adecuado) no es una opción, es tu única carrocería. No escatimes en él. Es la inversión más importante que harás después de la propia moto.

¿Cómo sobrevivir a la «jungla» del tráfico urbano en hora punta sin sustos?

El tráfico urbano en hora punta es el examen final. Es la prueba donde tienes que aplicar simultáneamente todo lo aprendido: la anticipación, el control del gas, la posición en el carril, la frenada precisa y, sobre todo, una mentalidad de «guerra de guerrillas». Aquí no valen las normas del circuito; esto es la M-30 o las Rondas de Barcelona, y tu objetivo es uno: llegar a tu destino de una pieza.

La clave de la supervivencia urbana es hacerte visible y predecible, mientras asumes que todos los demás son invisibles e impredecibles. Usa el claxon sin miedo, no para enfadarte, sino como una herramienta de comunicación: un toque corto antes de pasar junto a un coche que duda te puede salvar de un susto. Domina tu carril, muévete dentro de él para salir de los ángulos muertos de los retrovisores. Si un coche se te pega demasiado, déjale pasar. No conviertas la conducción en una lucha de egos.

Una de las técnicas urbanas más importantes es el filtrado entre carriles. En España es legal hacerlo cuando el tráfico está completamente detenido, siempre con extrema precaución, a muy baja velocidad y sin invadir el carril contrario. Es una ventaja enorme de la moto, pero requiere mucha pericia. Practica en atascos leves antes de meterte en los más densos. Ten en cuenta que la DGT está trabajando para legalizar la circulación por el arcén en atascos, lo que podría ser una realidad en 2025 o 2026 y cambiará las dinámicas de movilidad.

Tu mayor aliado en la ciudad es, de nuevo, la anticipación. Escanea constantemente las intersecciones, los pasos de peatones y las paradas de autobús. Mantén siempre dos dedos sobre la maneta del freno delantero, listos para actuar. Sobrevivir a la jungla no es cuestión de agresividad, sino de inteligencia vial y de una defensa activa y constante.

El camino de novato a experto es un maratón, no un sprint. Requiere humildad, práctica deliberada y una inversión seria en tu formación y tu equipo. Empieza hoy mismo a aplicar estos principios. Tu seguridad y la de los demás dependen de ello. ¡Nos vemos en la carretera!

Preguntas frecuentes sobre el equipamiento de protección en moto

¿Es obligatorio el uso de guantes en España?

Actualmente, solo el casco homologado es obligatorio. Sin embargo, la DGT lleva tiempo planeando hacer obligatorio también el uso de guantes, ya que las manos suelen ser lo primero que impacta contra el suelo en una caída. Es altamente recomendable usarlos siempre.

¿Qué significa Clase A, AA y AAA en ropa de moto?

Es una clasificación de la normativa europea EN 17092 que indica el nivel de protección a la abrasión y al impacto. Clase A es la protección más básica (para trayectos urbanos cortos), Clase AA es un nivel intermedio y versátil (touring, carretera), y Clase AAA es la máxima protección, comparable a un mono de cuero de circuito.

¿Por qué es peligroso el ‘terraceo’ en vaqueros normales?

El ‘terraceo’ es una práctica de alto riesgo. En verano, la cultura española de ir de terrazas anima a muchos motoristas a circular con ropa de calle, como pantalones cortos o vaqueros finos. Estos tejidos no ofrecen ninguna protección y se desintegran en menos de un segundo en caso de arrastrón, provocando quemaduras por abrasión muy graves.

Escrito por Lucía Morales, Instructora certificada de conducción segura y ex-piloto de velocidad. Experta en técnicas de pilotaje, psicología del conductor y gestión del miedo para usuarios del carnet A2 y A.